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Caso de Estudio: Cómo transformamos el revenue management en una herramienta emocional de alineación de marca

El problema: “Nuestro equipo no entiende el revenue management”

Fue una confesión honesta. Directa. Y, como suele pasar, repetida.

En un hotel de diseño con una identidad clara y un servicio muy cuidado, el equipo operativo se sentía desconectado de las decisiones comerciales.

“Nos dicen cuándo subir o bajar tarifas… pero no sabemos por qué.”

“El revenue parece algo de otro mundo.”

“No entendemos cómo nuestra experiencia se traduce en números.”

Había una brecha: la estrategia de revenue no hablaba el mismo idioma que la experiencia. Y eso afectaba la cohesión interna, la motivación y, finalmente, la fidelidad del huésped.

La estrategia: traducir el revenue al lenguaje de la emoción y la coherencia

Desde mi mirada como La Arquitecta del Lujo, el revenue management no puede funcionar aislado. Debe ser una extensión sensible de la experiencia que se quiere ofrecer.

No se trata solo de llenar más, ni de vender más caro. Se trata de entender cuándo, cómo y a quién ofrecer qué… y por qué.

El revenue no debe vivirse como un castigo técnico, sino como una coreografía estratégica donde cada decisión tiene sentido.

Las claves de la transformación:

1. Formación emocional, no solo técnica

Diseñamos sesiones donde el equipo entendió qué es el revenue desde la experiencia del huésped. Tradujimos conceptos complejos a impactos reales:

¿Qué siente un cliente que paga X más?¿Cuándo tiene más sentido ofrecer calma, y cuándo, impulso?

2. Alineación con la identidad de marca

Creamos un mapa donde cada franja tarifaria respondía a una emoción:

  • Reserva anticipada = seguridad y pertenencia

  • Último minuto = impulso y oportunidad cuidada

  • Estancia larga = refugio emocional

Así, el equipo entendió que el precio no es solo cifra, sino reflejo de una promesa emocional.

3. Activación interna

Cada persona del equipo recibió herramientas visuales y frases clave para comunicar con coherencia emocional cada tipo de reserva.

Desde recepción hasta limpieza, todos sabían qué tipo de experiencia estaban sosteniendo.

El resultado: más ingresos, menos desconexión

En cuatro meses, el hotel:

  • Aumentó un 18% el ingreso por habitación disponible (RevPAR)

  • Redujo las quejas por diferencia de tarifa entre clientes

  • Mejoró el ambiente interno, alineando comercial y operativo bajo una narrativa común

Pero lo más valioso fue este comentario, dicho por una recepcionista:

“Ahora entiendo lo que vendemos… y me gusta explicarlo.”

El revenue también puede cuidar

Desde mi enfoque como La Arquitecta del Lujo, las tarifas no deben alejarse del alma del hotel. Deben sostenerla, protegerla y proyectarla.

Porque cuando cada número cuenta una historia, el equipo deja de aplicar precios…y empieza a diseñar experiencias.


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