Chanel vs. Saint Laurent
- Sheila Hernandez
- 16 jun
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 5 oct
Dos formas de habitar la sombra
Hay firmas que iluminan. Y otras… que se mueven en la sombra. No como ocultamiento, sino como elección estética y filosófica.
Chanel
Habita el negro con una delicadeza casi ritual. Lo transforma en espacio de elegancia contenida. No necesita brillar para imponerse. Porque en Chanel, el silencio se cose con perlas, y el tweed no viste cuerpos: sostiene memorias.
Cada botón, cada pliegue, cada línea evoca un legado. Un perfume flotando en el tiempo. Una mujer que no necesita mostrarse porque ya se sabe. Porque ser basta.
Saint Laurent
También elige la sombra. Pero no desde la nostalgia, sino desde la radicalidad elegante. El negro en Saint Laurent es más afilado. Más como declaración que como caricia.
No susurra: marca el paso con tacón firme. Es noche sin disculpas. Es deseo vestido con geometría.
Mientras Chanel te envuelve, Saint Laurent te recorta en la escena. Ambas firmas visten cuerpos que saben moverse sin pedir permiso.
Pero una lo hace con encaje.
La otra, con vértigo.
Y en esa diferencia, está el lujo que perdura.
Porque el lujo no tiene una sola voz. Tiene timbres. Matices. Formas de respirar distintas, que no compiten…conviven.
Chanel y Saint Laurent no se contradicen. Se responden. Son dos lenguajes del negro. Dos formas de traducir lo invisible. Dos maneras de caminar con la cabeza alta, cada una desde su silencio.
Tal vez el verdadero lujo no esté en elegir un estilo, sino en comprender que hay belleza en las paradojas. Y que entre las sombras, también hay luz.
Sheila Hernández La Arquitecta del Lujo

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